Grupo Santa María: la evolución estratégica que impulsa el nuevo rumbo del desarrollo inmobiliario peruano

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Tras 13 años de trayectoria bajo el nombre Grupo Octagón, la empresa inicia una nueva etapa bajo la identidad de Grupo Santa María, marcando un hito en su expansión y posicionamiento dentro del mercado inmobiliario nacional. En entrevista con Constructivo, Fernando Cisneros, CEO del grupo, revela cómo el cambio de nombre responde a una visión renovada de crecimiento, diversificación y conexión emocional con el público peruano. Desde los retos internos del rebranding hasta la creación de nuevas unidades de negocio, Cisneros detalla cómo la compañía busca consolidarse como un socio estratégico para desarrolladores, apostando por la sostenibilidad, la funcionalidad y el impulso de Lima Sur como eje clave de desarrollo urbano a mediano y largo plazo.
 

¿Qué los llevó a apostar por la apertura de varias unidades de negocio?

Principalmente, queremos seguir creciendo. Vemos un mercado inmobiliario en Lima Metropolitana muy sano. El año pasado, el sector creció casi un 30%, una de las mayores tasas de los últimos años. Se vendieron aproximadamente 21,400 unidades habitacionales, un récord histórico.
En 2024 se lanzaron cerca de 238 proyectos inmobiliarios, lo que refleja un sector en expansión. Nosotros siempre hemos pensado: ¿por qué no aprovechar las mejores prácticas y el conocimiento adquirido a lo largo de los años para ayudar a nuevas desarrolladoras y emprendedores del rubro?
Queremos ofrecer servicios de manejo de ventas, estrategias comerciales, evaluación de terrenos, desarrollo de productos adecuados para el cliente, gestión de financiamiento bancario y administración de proyectos.
Al conversar con inmobiliarias pequeñas y medianas, identificamos que muchas de ellas buscan justamente este acompañamiento integral o “llave en mano”. Por eso decidimos entrar en ese sector y ofrecer también servicios de construcción y ventas como unidades de negocio separadas. Todo ello responde a la gran oportunidad que existe hoy, con el aumento en la venta de unidades y el lanzamiento de nuevos proyectos tanto en Lima como en provincias.

¿Cómo se complementan estas nuevas unidades con la experiencia previa del grupo?

Para que tengas una idea, en más de 13 años hemos alcanzado alrededor de 190 millones de dólares en ventas y desarrollado más de 900 unidades inmobiliarias.

Hemos sido responsables de inversiones por aproximadamente 125 millones de dólares y actualmente tenemos varios proyectos en cartera. Uno de ellos, en Chorrillos, demandará cerca de 22 millones de dólares y contará con alrededor de 366 unidades.
Además, sumaremos dos o tres proyectos más en los próximos trimestres, con inversiones adicionales que podrían llegar a 60 millones de dólares. 

Como empresa, estamos creciendo de forma sostenida, pero creemos que podemos generar sinergias al fortalecer la parte de servicios, aprendiendo de los proyectos que hagamos para terceros y, al mismo tiempo, atrayendo más talento a la organización.
En tres a cinco años, queremos duplicar nuestra escala y lograr que el 50% de nuestra facturación provenga de proyectos propios y el otro 50% de proyectos desarrollados para terceros.

¿Cómo están abordando las tendencias de diseño contemporáneo en sus proyectos inmobiliarios?

Las hemos estado abordando con mucha paciencia y de manera muy conservadora. En este rubro uno aprende a ser humilde, porque no siempre lo que parece una tendencia termina consolidándose.

Lo que sí hemos incorporado de forma consistente son criterios de sostenibilidad, cada vez más valorados por las nuevas generaciones. También prestamos especial atención a la seguridad de las ubicaciones, buscando terrenos en zonas más seguras, lo cual hoy es una gran preocupación para los limeños.

Además, priorizamos la funcionalidad de los diseños, para que los apartamentos sean cómodos, prácticos y se adapten al ritmo de vida actual. A esto sumamos un grado de tecnología y sofisticación, porque creemos que no basta con tener espacios funcionales: deben responder también a las nuevas necesidades de las familias más jóvenes, que los principales compradores de vivienda de clase media.

¿Qué estrategias utilizan para garantizar sostenibilidad en materiales, diseño y ejecución?

Somos muy cuidadosos desde el principio con los arquitectos que escogemos. Procuramos que sean profesionales conscientes de las nuevas tendencias, tanto en diseño como en eficiencia de agua y energía, y en el uso de materiales con menor impacto ambiental.
También buscamos que esa visión se refleje en el producto final. No se trata solo de los planos o las ideas, sino de que el resultado final realmente lo exprese. Por eso desarrollamos proyectos que califican para bonos verdes, asegurando que la sostenibilidad sea tangible más allá de los certificados. Es algo en lo que siempre nos esforzamos y que los clientes pueden apreciar.

¿Qué papel jugará Lima Sur en la estrategia de crecimiento a mediano y largo plazo?

Desde que comenzamos a desarrollar hace más de 13 años, uno de los primeros terrenos que compramos fue en San Bartolo. Siempre hemos creído mucho en el potencial de Lima Sur.

En San Bartolo hemos desarrollado el proyecto Miramar, actualmente en su tercera etapa, con 100 unidades que estarán listas en septiembre del próximo año. Con esta etapa completaremos un total de 300 departamentos. Antes realizamos el proyecto Ocean Reef, también en San Bartolo, con 200 unidades. En total, solo en esa zona hemos construido más de 500 unidades.

Asimismo, seguimos identificando oportunidades en Chorrillos, donde proyectamos desarrollar alrededor de 366 unidades adicionales. Todo esto demuestra nuestra confianza en el crecimiento sostenido de Lima Sur, impulsado por sus mejores accesos, mayor seguridad y calidad de vida frente a otras zonas de la ciudad.

¿Cómo piensan integrar sostenibilidad, innovación y comunidad en estos nuevos desarrollos?

Creo que la clave está en el diseño desde el inicio. Si el proyecto se concibe desde los planos pensando en la sostenibilidad —en los materiales, las fachadas, las áreas comunes y los departamentos—, ya se ha ganado gran parte de la batalla.
No se trata solo de obtener una certificación, sino de hacerlo por convicción, porque creemos que estamos contribuyendo al bienestar de las personas y del entorno. Es un tema de diseño integral y de coherencia en todo el proceso.

¿Qué aprendizajes de su trayectoria con Grupo Octagón guiarán esta nueva etapa?

Queremos convertirnos en la mano derecha de muchos desarrolladores en el futuro. Trabajaremos con empresas serias que apuesten por proyectos bien ubicados, sostenibles y con productos que cumplan lo que prometen.
A lo largo de los años hemos colaborado con arquitectos de primer nivel, como Carlos Ott, reconocido por la Ópera de la Bastilla en París, y con profesionales peruanos destacados como Sandra y Javier Cruz o el estudio De la Piedra y Siero. Queremos seguir promoviendo la buena arquitectura y el urbanismo responsable, contribuyendo a una ciudad más habitable y armónica.
Sabemos que en Lima existe una brecha importante: la oferta formal es de unas 23,000 unidades, mientras que la demanda es más del doble. Queremos ayudar a cerrar esa brecha, pero hacerlo con estilo, calidad y respeto por el entorno urbano.

¿Qué mensaje le daría a los inversionistas y a los futuros clientes sobre esta transformación y expansión?

El mensaje principal es de confianza. Llevamos 13 años trabajando en el país, hemos administrado más de 150 millones de dólares en inversiones y mantenemos los mismos principios que nos caracterizan.
Con el desarrollo inmobiliario y el outsourcing de ventas como nuevos motores, creemos que viene una etapa muy emocionante. Si Dios quiere, podremos contribuir al ecosistema del desarrollo inmobiliario peruano de una manera aún más amplia, siempre actuando con responsabilidad e integridad.