Ventanas de PVC: La mejor opción para casas de playa, campo y ciudad

Históricamente, el rol que cumplen las ventanas en la construcción de una casa se ha ido modificando. Si bien siempre hubo la necesidad de pensar en su funcionalidad y diseño, hemos pasado de tener construcciones antiguas con ventanas muy pequeñas –debido a que el adobe no permite vanos muy grandes– a casas con ventanales inmensos pero poco funcionales, donde el frío, la humedad, el ruido y el polvo entran a nuestras habitaciones, influyendo negativamente en nuestra calidad de vida.

Sin embargo, en los últimos 10 años hemos visto que más y más gente ha empezado a tomar verdadera consciencia de la importancia del rol de las ventanas en la casa: necesitamos que nos brinden una vista al exterior e iluminación natural, pero también es esencial que sean lo suficientemente herméticas para que nos protejan de las agresiones del clima, que mantengan la casa aislada de los ruidos de la ciudad y que nos aseguren una larga vida sin costos altísimos de mantenimiento. 

Esta visión es compartida con el arquitecto Tony Sevillano, quien con más de 30 años de experiencia en el mercado resalta los beneficios de trabajar con ventanas de PVC en la construcción de viviendas en la ciudad, el campo y la playa.

“Las ventanas de PVC están hechas de un material más resistente y se adapta al tipo de arquitectura doméstica. Con ellas tienes la posibilidad de hacer ventanas más grandes, de mayor altura, son más ligeras, además del tema de la hermeticidad y de su sistema antiruido”, perfecto para las casas de ciudad, de casa y de campo, comenta Sevillano.

Si bien muchas personas aún no conocen los beneficios de las ventanas de PVC, y en un primer momento piensan optar por otras opciones más conocidas o más económicas para ajustar el presupuesto, Sevillano indica que siempre obtiene una respuesta positiva de sus clientes cuando les muestra el material. 

“Cuando determinas las ventajas que te da, te das cuenta que es una buena inversión”, sostiene. Y esto se puede aplicar, por ejemplo, a las casas de playa, expuestas a las inclemencias de la humedad y la brisa marina.

“(Con ventanas de otro material, como madera, fierro o aluminio) vas a tener un sistema al que deberás hacerle mantenimiento, y el costo de ese mantenimiento irá aumentando año a año, hasta que llegará un punto en el que tendrás que cambiar todo el sistema de la corredera”, explica. “Con el PVC, en cambio, el mantenimiento solo es preventivo”.

Sin embargo, Sevillano reconoce que aún dominan el mercado otros sistemas, como el de las ventanas de vidrio templado o “sistema nova", que se popularizó a fines de la década de los años 70. Este sistema,   más que beneficios, traen consigo una serie de problemas de seguridad y otros dolores de cabeza para los propietarios de viviendas en las que se usó este material.

“(El sistema nova) no ha evolucionado, se quedó en una solución de hace 40 años. Su problema es la hermeticidad. No tiene buena durabilidad, son vidrios con un perfil de aluminio pegado con silicona. Las felpas no funcionan, se mueven y los accesorios son hechizos”, asevera.   

Así como las ventanas de PVC son una solución para las casas de playa y te permiten un adecuado aislamiento sonoro en los departamentos en la ciudad, para las casas de campo también resultan ser la mejor opción, ya que evitan el ingreso del polvo y cuentan con diversos accesorios, como mosquiteros.

“Cuando he hecho casas de campo he utilizado PVC con un acabado similar a la madera y con tramados internos, y ha quedado súper bien”, asegura.

Los marcos hechos de madera, en cambio, traen consigo sus propios problemas. “La madera es costosa y trabajosa, implica un trabajo muy manual y si no está bien seca, tiende a fallar y a deformarse”, indica. Además, al ser el trabajo con madera un proceso tan artesanal, los costos por la carpintería y la mano de obra usualmente genera retrasos y sobrecostos para el cliente.

Tanto en casas de playa, campo, o proyectos inmobiliarios en la ciudad, la opción de las ventanas de PVC ha entrado con fuerza al mercado y sigue ganando la preferencia de la gente, por encima de sus pares de aluminio o vidrio templado. Sevillano incluso señala que algunos clientes, luego de usarlas, le piden que las considere en los próximos proyectos.

“Tengo clientes con los que hemos hecho un segundo proyecto y me han indicado que por favor ponga las ventanas de PVC. Ya no es cuestión de que tenga que venderlas. Si el cliente las usó, las quiere volver a usar”.