Este ingeniero peruano está apostando por el reciclaje de los desechos de la construcción: así funciona su negocio

Para el ingeniero civil Rafael Ninalaya, el 2008 marcó un antes y un después en su vida. Él lo recuerda como “el año de la crisis del ladrillo”. Estaba en España, adonde había llegado con la intención de hacer una maestría en energías renovables y medio ambiente, después de haber trabajado durante años diseñando proyectos de carreteras en diferentes regiones del Perú. “El último [proyecto] en el que estuve fue Tarapoto-Yurimaguas”, dice el ejecutivo.

Fue, justamente, en medio de la última gran recesión de la economía española —asociada a la crisis financiera internacional generada por las hipotecas subprime— que Ninalaya regresó a Perú para crear Casas Ecológicas, de la cual es actualmente gerente general. “Lima en 2008 y 2009 estaba en el auge de la construcción”, acota. “Me di la vuelta a Perú, pero me fui con este proyecto de los contenedores”, describe el ingeniero, al otro lado de la pantalla, desde Múnich, Alemania [Ninalaya estaba allí para visitar una feria especializada en el sector construcción y la fábrica de una reconocida marca de vehículos pesados].

El proyecto de negocio que traía el ingeniero en sus maletas desde el otro lado del Atlántico consistía nada más ni nada menos que en replicar un servicio que ya funcionaba en Europa y hoy también se ha desplegado en Argentina, Brasil y Chile. En esencia, explica el empresario, la idea tenía que ver con brindar el servicio de gestión de residuos sólidos de la construcción a partir de la instalación de contenedores vacíos en obras, para luego recogerlos llenos y reciclar los materiales aprovechables. La motivación de fondo era evitar que dichos desechos terminen “enterrados” en rellenos sanitarios o siendo arrojados al mar.

Casi 15 años después, Ninalaya da cuenta del éxito de la iniciativa, con un crecimiento de sus ingresos de más del 95% desde 2022 [en 2024, cerraron con una facturación de 13,6 millones de soles, alrededor de 3,6 millones de dólares].

“Tenemos 580 cajas repartidas en Lima”, dice y precisa que por día movilizan alrededor de 115, de las cuales 75 están ubicadas en el que será el Nuevo Aeropuerto Jorge Chávez. “A mitad de 2023, ganamos la licitación del aeropuerto [el Nuevo Aeropuerto Jorge Chávez], en donde el movimiento de tierra y excavación pasa por nuestro trabajo”, explica. Asumir dicho proyecto hizo que su capacidad operativa alcanzara su tope (hasta entonces, operaban al 60%), lo que los llevó a sumar tres nuevos camiones portacontenedores a su flota (actualmente tienen 22).

Demanda creciente

Aunque es uno de sus principales motores, el esperado proyecto aeroportuario no ha sido su único driver de expansión. El sistema financiero también está incentivando indirectamente la integración de servicios como el que ofrece Cajas Ecológicas. “Hay empresas que postulan [emiten] bonos verdes o fondos de inversión que exigen un mínimo estándar de calidad”, indica el ingeniero. Repara que por el servicio entregan un certificado medioambiental a las empresas.

Entre estas organizaciones, detalla Ninalaya, figuran desarrolladoras inmobiliarias, universidades, hospitales y centros comerciales. A fines de este año, Cajas Ecológicas planea invertir entre 2,5 millones y 3 millones de soles (entre 665.000 y 979.000 dólares) en una planta devalorización para moler concreto en Ventanilla, en el Callao, y así descentralizar su operación. Según informa, la firma cuenta con dos plantas en el sur de Lima, en los distritos de San Juan de Miraflores y Villa El Salvador. Dichas instalaciones permiten reciclar el desmonte y convertir el cemento y el concreto reutilizables en ladrillos ecológicos. Para fines de 2025, la empresa proyecta abrir plantas en Arequipa y Piura, anticipa Ninalaya. Todos esos planes se enmarcan en un escenario en el cual el ingeniero prevé una mayor demanda, asociada a los megaproyectos de infraestructura. “[Estamos]esperando que se comiencen a ejecutar los ocho anillos viales que se van a hacer en Lima”, revela. “El mercado de Lima está creciendo de una manera lenta, pero siempre la tendencia en ecología es para arriba”, concluye.

Economía circular

Cajas Ecológicas recupera diferentes materiales de los desechos de construcción y los recolocan en empresas que los reutilizan. Entre estos figuran el hierro, las tuberías de PVC y el cartón de embalaje. También recuperan madera (para pallets) y tecnopor. En el caso del concreto, lo separan de la arena y fabrican ladrillos de tres tamaños: 9 cm, 12 cm y 14 cm de ancho. Según Ninalaya, en el mercado peruano aún existe resistencia a usar ladrillos reciclados en obras. “En Europa dicen: ‘Yo prefiero que sea reciclado’ y le dan mayor valor. Incluso, hay incentivos tributarios cuando promueves este tipo de economía circular. En Perú, prefieren material 100% virgen. Estamos de a poquito cambiándoles el chip a los ingenieros [sobre este tema]”, comenta.