Semana del agua: La nueva infraestructura de saneamiento es sostenible y tecnológica

Entre dos mil a cinco mil litros de agua es lo requerido para producir los alimentos que una persona consume a diario. Considerando que cada año la población crece a un ritmo de 80 millones de personas, lo que demanda cerca de 64 mil millones de metros cúbicos anuales de agua, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) ha estimado que para el 2025, dos tercios de la población mundial vivirían en países con escasez de este recurso.

Tal escenario está a la vuelta de la esquina y como el líquido elemento es un asunto de vital supervivencia, aminorar el impacto del crecimiento poblacional y la carencia de agua es la preocupación principal bajo la que se enarbola la próxima “Semana del Agua”, un evento mundial que se realizará del 26 al 31 agosto en Estocolmo, y citará a los principales expertos y representantes de organismos y entidades públicas y privadas ligadas al sector, a fin de proponer innovadoras soluciones a los desafíos hídricos más apremiantes del mundo actual.

Tratándose de Perú, al ser un país en desarrollo y haber atravesado escenarios continuos de sequía como la del año 2016, que azotó a 17 regiones del país y dejó millonarias pérdidas, esta es una de las preocupaciones centrales que nos aqueja, junto a la de completar al abastecimiento integral del agua y saneamiento, que aún no se ha logrado.

Así, en contextos de necesidad, es cuando surgen nuevas respuestas a los retos que aquejan al sector. En este caso, la “Semana del Agua” bajo el lema “Agua para el Desarrollo” busca soluciones innovadoras y la industria del agua ya ha empezado a plantearlas. Por ejemplo, el proyecto “Smart Water 4 Europe”, que acaba de culminar con éxito su etapa de desarrollo y prueba en Europa.

Este proyecto desarrollado como una investigación internacional, amparada por la Unión Europea y compañías mundiales líderes del sector, como la española Acciona Agua, puso en marcha la primera “red inteligente de suministro de agua”, basada en un sistema de sensorización y análisis de datos que permite la detección y reparación temprana de averías, mejora el control de la calidad del agua y la lectura a distancia de contadores, facilitando la detección de consumos anómalos y fugas. 

Un proyecto que suena ambicioso, pero que no está tan lejos de la realidad peruana. Puesto que recientemente, el proyecto GOTA (Gestión de Ordenes de Trabajo de Acciona Agua), desarrollado por Acciona Agua, como parte de su propuesta de servicio para SEDAPAL, coge algunos elementos de Smart Water 4 Europe, ya cumple su segundo año de ejecución como un sistema de telecomunicaciones, agilizando en más del 20% la atención de operaciones cotidianas y emergencias que surgen en el funcionamiento de las redes de agua potable y saneamiento en Lima.

Esto permite mejorar la atención brindada en ciudades como Lima, que disponen de un mayor abastecimiento, pero requieren también más seguimiento de sus redes. Y esto último es importante, puesto que en países en desarrollo, como Perú, se pierden 45 millones de metros cúbicos de agua dulce por fugas subterráneas.

De otro lado, si nos enfocamos en el interior del país, vemos que la necesidad de abastecimiento es mayor y tanto el consumo humano como el agrícola es vital. Así, los proyectos de agua y saneamiento requieren contemplar estas consideraciones para satisfacer las demandas sociales.

Verbigracia, la Planta de Tratamiento de Aguas Residuales (PTAR) La Escalerilla (Arequipa) es una muestra de cómo se integra la tecnología a favor de las necesidades de la población, al ser una de las más modernas y sostenibles de América del Sur, puesto que es capaz de convertir los lodos (desechos orgánicos) en abono agrícola, lo que resulta útil en zonas que dependen mucho del agro como la región Sur.

Sin duda un modelo pionero de lo que es hoy la PTAR de Atotonilco (México), la de mayor capacidad en el mundo y una de las más tecnológicas y sostenibles de América Latina, dado que es capaz de convertir en energía eléctrica sus residuos orgánicos, generando el 60% de su electricidad de esta forma.

De igual forma, la desalación es otra solución tecnológica que el sector de agua y saneamiento puede emplear para abastecer con agua a zonas con estrés hídrico permanente como Lima o con pocas fuentes de agua para abastecer el consumo humano, agrícola y minero.

Así, las plantas desaladoras son vistas como la solución del futuro para complementar a las fuentes de agua dulce, que ya no resultan suficientes para abastecer de agua a todos. Existen en América del Sur, plantas como la de Copiapó (Chile) que además de abastecer con agua a una zona desértica como Atacamá, ha evitado los conflictos socioambientales en la zona.

Afortunadamente, en Perú ya empieza a verse la desalación como una medida viable y ya hay proyectos en Lima (Provisur) y en el interior del país (desaladora de Talara) destinados al consumo humano y al servicio de la industria.

Aunque ya se han empezado a desarrollar proyectos de alta gama en el sector de agua y saneamiento, todavía no es un factor que prime en la infraestructura de este tipo. Sin embargo, ya se han dado los primeros pasos y dado que los grandes ejecutores de este rubro están desarrollando tecnologías novedosas para hacer más eficientes, competitivos y sostenibles sus proyectos, el camino de la infraestructura de saneamiento va por la senda de ser más que una planta sino en convertirse en una solución para combatir el estrés hídrico, entre otras problemáticas.